Shantala, el masaje perfecto para cuando tu bebé tiene gases

Hace unos días que salisteis del hospital. O puede que ya sean un par de meses, quién sabe. Cuando tienes un recién nacido el tiempo pasa volando y ya no sabes si vives de día o de noche.

Y eso se complica aún más cuando tu pequeño tiene gases o cólicos del lactante.

Puede ser desesperante y agotador.

Los paseos por el pasillo con tu bebé en brazos se repiten una y otra vez. Ya no sabes qué hacer para calmarlo.

El pediatra te ha dicho que no es nada, que solo son gases. Pero tú estás agotada y desesperada. No soportas ver y oír cómo llora sin consuelo una tarde tras otra. O, lo que es peor: una noche tras otra.

Es normal, el llanto de nuestros hijos es algo difícil de ignorar. Nuestro cerebro está hecho para atender a ese sonido. Necesitamos hacer algo para que se encuentre mejor y se calme.

Si todo esto que te contamos te resulta muy familiar, ánimo. Sobre todo, busca apoyo y ten paciencia, porque es algo temporal.

Nosotros queremos poner nuestro granito de arena contándote la técnica hindú conocida como Shantala. Porque creemos que os puede ayudar con los gases y con la irritabilidad.

Si quieres saber de qué va y cómo hacerlo, acompáñanos.

Un momento relajante y de conexión con tu hijo

Parece que no, pero cuando un niño o niña nace, tiene que enfrentarse a un montón de estímulos nuevos. Y todos de golpe.

Por una parte, están los sentidos. Hay nuevos sonidos, luces, olores y sensaciones al tacto.

El gusto de momento lo tienen más tranquilo. Porque en sus primeros 6 meses no tomarán nada más que leche. Y si es la de mamá, mejor. Los niños alimentados con lactancia materna tienen menos episodios de gases y cólicos del lactante.

Si quieres saber más sobre sus beneficios, te recomendamos el artículo lactancia materna para el bebé y la mamá”.

Pero si has decidido darle biberón o no te ha quedado más remedio, tranquila. No tiene por qué sufrir estos episodios.

Aunque, si estás aquí, deducimos que los estáis padeciendo.

Sea como sea vuestra lactancia, hay algo que podemos hacer para mejorar esta situación: buscar momentos de relajación y bienestar juntos. Como cuando hacéis piel con piel.

Está comprobado que esto reduce el estrés y los llantos de los niños que acaban de nacer.

Cuál es el origen del masaje Shantala

Este masaje terapéutico lo descubrió el ginecólogo francés Frédérick Leboyer en India y lo trajo a occidente hace unos 70 años.

La primera vez que lo vio fue en Calcuta. Allí, conoció a Shantala, una mujer que cuidaba a su pequeño y lo acariciaba como si fuera un ritual de bienestar.

A esta madre le llamó la atención la curiosidad del médico sobre algo tan normal para ella. Así que le permitió hacer fotos de cada movimiento.
Era un momento de cariño y calma entre los dos. Y eso fascinó al doctor.
¿Quieres empezar a disfrutar de este instante tranquilo y de sus beneficios?

Busca un sitio cómodo y calentito y déjalo sin ropa, solo con el pañal. Ahora sí, empezamos.

Cómo realizarlo tú misma en casa

Túmbalo boca arriba en una toalla sobre el cambiador o la cama. También puedes sentarte en el suelo con las piernas cruzadas y ponerlo sobre ellas.
Échate aceite de almendra natural o crema hidratante infantil en las manos. Eso sí, siempre sin perderlo de vista.
Empieza suavemente con los pies. Desde la planta, pasando por todos los deditos y el tobillo.

Primero un pie y después el otro.

Luego, sube por las piernas.

Hay que hacer una presión muy suave combinada con movimientos lentos. Porque lo que buscamos es que el bebé se relaje como beneficio principal.

Ahora, vamos con la tripita.

Recorre su barriga haciendo ochos con los dedos índice y corazón. A continuación, dibuja círculos en el sentido de las agujas del reloj. Esto aliviará las molestias por los gases y el estreñimiento. Es normal que le pase, porque el aparato digestivo del recién nacido está todavía desarrollándose.

Ahora nos centramos en el movimiento de las piernas. Coge una y después otra. Sujeta de forma firme pero con suavidad y haz movimientos circulares con cada una de ellas. Dobla la rodilla y levántala hacia su ombligo. Luego, bájala en un movimiento circular hacia la cadera.

Todo con mucha suavidad.

Nos dirigimos al pecho: acaricia de forma ligera desde el centro hacia cada hombro. Desde ahí, recorre los brazos en un sentido y en otro: de arriba a abajo y de abajo a arriba.

Y al llegar a las manos, trabaja la palma y cada uno de los dedos. El tacto es muy importante para su desarrollo y las caricias en las manos le gustarán mucho.

Ahora, dale la vuelta. Vamos a seguir con su espalda: desde el cuello hasta las nalgas y las piernas.

Finalmente, llegamos a la cabeza. Hazle caricias suaves por el pelo y por la cara. Recorre su frente, de lado a lado y de arriba a abajo. Sigue descendiendo por su nariz. Al llegar a la punta, ve a una mejilla y después a la otra. Y de ahí, baja hasta la barbilla para terminar en las orejas.

Ahora que el peque está relajado, puedes darle un baño para terminar con la sesión.

Eso sí, si tu hijo se activa en la bañera o no le gusta, te recomendamos que lo hagas al revés.

Si no, toda la calma se irá por donde vino.

Y si un día tiene fiebre o alguna infección, es mejor darle cariño acurrucándolo y dejar el masaje para más adelante.

Ahora que conoces las ventajas de este masaje para el bebé con gases, cuéntanos: ¿te vas a animar a practicarlo con tu hijo? Si es así, dinos cómo te va cuando lo hagas.